En general, en este blog se cuentan eventos ocurridos en ciertos momentos de mi vida...pero para nada es autobiográfico. Ni tampoco se trata de ubicar los recuerdos en forma cronológica. Es mucho más simple. Contar las cosas que se me vienen a la mente, que puedan tener algo para destacar, tristezas, o alegrías, o simplemente, algún momento hilarante, porque no. Para biografías, están aquellos que sin duda las pueden hacer mejor que nosotros. Y creo que no soy importante para que alguien se interese en mi biografía...¿O si...? Una pregunta que no puedo contestar, pero que tampoco deseo tener una respuesta... Durante el año pasado, una persona que conocí me había invitado a participar de una pequeña red social -obviamente por internet-, donde la finalidad de la misma era que participaran artistas, o gente relacionada con el arte. Sinceramente acepté porque conocía a esta persona, más que por buscar un resultado "on line". Ya son demasiados los sitios de internet que administro en la actualidad, que uno más sumaba trabajo, y tiempo. En mi paso por esa red conocí a Mané. En un chat que resultó interminable, y que sobrevinieron aún más horas de conversaciones donde hablamos de todo. Mané Castro Videla, a quien no conocía personalmente, es una de las pintoras Argentinas de gran trayectoria internacional. Sus obras de arte, las cuales tienen un estilo muy particular, se han expuesto en las galerias de Arte más importantes del mundo. Una personalidad muy especial. Sus infaltables sombreros. Sus recuerdos de pequeña. En el campo. Su madre. Su triste experiencia en el internado. Todo eso que la marcó como mujer y que marcó a fuego su estilo como artista. Durante una tarde de invierno, el año pasado me dice en el medio de un chat: "¿Qué tenés que hacer mañana?", y terminamos en medio del Café Tortoni de Buenos Aires (los cuales se ilustra en las fotos), charlando y conociéndonos personalmente. Luego tuve el gran honor de presenciar parte de sus obras que tenía en su departamento de Palermo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Un tiempo más tarde, tuvo que realizar una exposición en una Galería de su querido Villa Gesell, desde finales de noviembre y hasta Semana Santa, y le perdí el rastro. No porque quisiera, sinó porque me robaron el celular y con el todos los datos de la agenda. La empresa de telefonía me retribuyó el chip con el mismo número, pero los datos lamentablemente se perdieron, y con él los datos de mi amiga Mané. Quedaron pendientes un reportaje y alguna que otra cosa relativas al arte y también a la web...
Creo que el mejor homenaje que se le puede hacer a un artista -tanto a mi amiga, como a cualquier otro artista-, es el reconocimiento de sus contemporáneos. El no tener que ser "profeta de otra tierra".
Ojalá que con esta pequeña entrada de post, escrita con todo el recuerdo como así también con todo el cariño, vaya un poquito ese reconocimiento, a la artista, a la mujer, al personaje...
Para vos, Mané...
Un tiempo más tarde, tuvo que realizar una exposición en una Galería de su querido Villa Gesell, desde finales de noviembre y hasta Semana Santa, y le perdí el rastro. No porque quisiera, sinó porque me robaron el celular y con el todos los datos de la agenda. La empresa de telefonía me retribuyó el chip con el mismo número, pero los datos lamentablemente se perdieron, y con él los datos de mi amiga Mané. Quedaron pendientes un reportaje y alguna que otra cosa relativas al arte y también a la web...
Creo que el mejor homenaje que se le puede hacer a un artista -tanto a mi amiga, como a cualquier otro artista-, es el reconocimiento de sus contemporáneos. El no tener que ser "profeta de otra tierra".
Ojalá que con esta pequeña entrada de post, escrita con todo el recuerdo como así también con todo el cariño, vaya un poquito ese reconocimiento, a la artista, a la mujer, al personaje...
Para vos, Mané...
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