Kate Millet en su obra, “Sexual Politics”, realiza un estudio sobre las vinculaciones entre la diferencia sexual y la relaciones de poder.
Para Millet el sexo tiene un cariz político que, generalmente, pasa desapercibido".
Millet emplea el término política para referirse a las relaciones que se establecen desde el poder con la finalidad de que el grupo dirigente mantenga el control sobre quienes domina. De ahí deriva la legitimidad para hablar de “política sexual”. Según Millet, el carácter patriarcal de la sociedad hace que las costumbres sexuales envuelvan relaciones de dominio y, por tanto, estén impregnadas de política.
Millet define el sexo es una categoría social marcada por la dominación con una construcción cultural tan marcada como que las personas actúan en función de ese sexo y de esa política sexual.
El género expresa la construcción social de la feminidad y la casta sexual alude a la común experiencia de opresión vivida por todas las mujeres. Las radicales identificaron como centros de la dominación patriarcal esferas de la vida que hasta entonces se consideraban "privadas". A ellas corresponde el mérito de haber revolucionado la teoría política al analizar las relaciones de poder que estructuran la familia y la sexualidad; lo sintetizaron en un slogan: lo personal es político. Lo que ocurra en el orden de lo privado, en este caso, circunscrito a la familia, tiene consecuencias en el orden de lo social.
Para Millet en el ámbito privado, que tradicionalmente se consideraba ajeno a la política, se desarrollan las relaciones de poder que están en la base del resto de las estructuras de dominación.
Según Millet parte de la estructura de la familia patriarcal comprende el control de la vida sexual de la infancia y más allá, el control total de la infancia la cual tienen prácticamente derechos garantizados por la ley en nuestra sociedad y además, no tienen dinero, lo cual, en una economía de dinero, es una de las principales fuentes de su opresión. Millet afirma además que el problema es que existe una situación de explotación entre las personas adultas y la infancia de la misma forma que existe entre los hombres y las mujeres, las relaciones intergeneracionales tienen lugar en una situación de desigualdad.
Para Kate Millet el patriarcado es un sistema de dominación sexual. Es considerado como el sistema básico de dominación sobre el que se levanta otro tipo de dominaciones, como son la de clase y raza. Afirma que el patriarcado es el fundamento de la dominación de las mujeres por los hombres. Asimismo, afirma que no solamente es de nuestra sociedad, sino de todas las civilizaciones que se han sucedido a lo largo de la historia. El patriarcado tiene una enorme capacidad para adaptarse a cualquier sistema económico, político y cultural. El patriarcado para permanecer durante tanto tiempo se ha apoyado en el hecho de que todos los varones y no sólo una élite, reciben beneficios económicos, sexuales y psicológicos del sistema patriarcal, pero en general acentuaban la dimensión psicológica de la opresión. Además Millet afirma que el patriarcado, en su sentido radical, subordina de igual forma al varón joven bajo la jerarquía del varón adulto.
El patriarcado para permanecer durante tanto tiempo se ha apoyado en el hecho de que todos los varones y no sólo una élite, reciben beneficios económicos, sexuales y psicológicos del sistema patriarcal, pero en general acentuaban la dimensión psicológica de la opresión. Además Millet afirma que el patriarcado, en su sentido radical, subordina de igual forma al varón joven bajo la jerarquía del varón adulto. Es decir, lo que define al final al patriarcado es la separación y diferenciación de jerarquías.
Hay una tendencia general hacia todo tipo de autoritarismo: el patriarcado, claro, el militarismo. Y es que según Millet el patriarcado se asienta sobre la ideología pero también sobre el sexo.
Además Millet demuestra cómo la identidad (temperamento y rol) femenina o masculina no están determinadas biológicamente, sino que son una construcción cultural que se aprende. Aquí la ideología que sostiene el "status" superior del hombre sobre la mujer, se basa en la construcción de un "temperamento" distinto para cada sexo, modelado de acuerdo a diversos estereotipos (masculinos y femeninos), y sobre un "papel sexual" o código de conducta que la sociedad asigna a cada uno. Es decir, el temperamento, el papel social y la posición se asientan sobre una base esencialmente cultural y no biológica. Millet afirma categóricamente que tanto la endocrinología y la genética no han conseguido hasta la fecha descubrir una disparidad mental o emocional entre ambos sexos.
No sólo se carece de pruebas suficientes sobre del origen físico de las distinciones sociales que establece actualmente el patriarcado (posición, papel y temperamento), sino que resulta casi imposible valorar las desigualdades existentes por hallarse saturadas de factores culturales.
Para Millet el descubrimiento que alteró las sociedades arcaicas fue la paternidad, ya que una vez realizado el descubrimiento invalidó toda participación femenina en la creación de vida, estableciendo a la mujer cómo mera maceta portadora de vida.
Mujer Poeta y Artista Plástica Argentina- Española ... Cuesta entenderse cuando el tener nos esclaviza y se está lleno de ataduras... Te falto coraje para romper con los miedos y mi libertad es obscena... Clama ante tanto convencionalismos y estructuras impuestas! Mané
sábado, 29 de octubre de 2011
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El sexo -
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