Siempre hay un destino de descubrimiento
que nos domina, un espacio de juego, de lectura...
es uno descubriendo todo lo real
y es perceptible a nuestra existencia...
A la esencia del Ser.
Es este poner a luz lo real, a nuestro quehacer diario,
Es este poner a luz lo real, a nuestro quehacer diario,
a las conexiones de fuerzas que nos exige
a ser más que un anunciado
y nos prepara
desde la esencia ser el sentido de las cosas
y hechos que nos nombra el lenguaje
y despliega en palabras ciertas...
Libres... responsables y justos.
Siempre nos acecha el peligro,
el abandono, la crueldad, el olvido...
Es tan fuerte el dolor, tan desgarrador...
Imposible es no sucumbir
y sentir la muerte...
La muerte del cuerpo y el alma.
La muerte tuya... la muerte mía.
La muerte nuestra.
entre tanta muerte perdemos la esencia
y, el abrigo de no ser
ni el vacío ni la nada.
Ni el peregrino andar descalzo de poder morir.
Andamos ciegos en la más absoluta indigencia
Sin habitar-nos... sin aceptar-nos... sin respetar-nos
Sin amar-nos...
Sin ascender desde la profundidad
más oscura y honda de la verdad del Ser...
Manè Castro Videla
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