y nos priva del silencio indispensable para nuestra introspección.
Debemos reflexionar, meditar, pensar con pausa y seriedad.
No seamos víctimas del vértigo de la velocidad.
Seamos sinceros, amemos sin conveniencias y avaricias,
respetemos para que nuestra palabra
sea el motivo de nuestro orgullo,
el motivo de nuestra conciencia.
No permitamos inclinarnos antes las acciones
y las palabras no rectas,
el egoísmo que enerva y desorienta,
a las pasiones que nos apartan de lo justo y la verdad.
A no confundirse, a no caer
en un desaliento derrotista, aun conformismo estéril.
Todos y cada uno de los argentin@s
debemos estar de pié, unidos,
reconstruyendo la República
en busca del cambio mas profundo
en que reine el amor, la justicia, la caridad,
La Paz, las buenas relaciones con un corazón descalzo!
Mané