miércoles, 21 de mayo de 2014

Río Luján, Mané


Vivimos y estamos insertos en una sociedad descarnada gobernada por un perverso relato populista y corrupto, a esta hora oscura se hace cuesta arriba vivir sin trabajo, sin comida, sin techo. 
No alcanza ni el arroz partido que dan para que coman un plato caliente en los comedores ni el sandwich como una lámina finita que miente y daña la panza, la enferma diciendo ser, fiambre. 
Por aquí en mis pagos tenemos el río luján y estamos desbordados, todos tristes, porque somos todos, ellos los que siempre perdieron todo, otros no alcanzaron y tuvieron que dejar las chapas de ayuda de emergencia, algunos de las pocas pilchas usadas que le dieron los chicos voluntarios de la segunda inundación y como moño de regalo esta vez se sumo la impotencia simbólica frente a el agua impiadosa de como se trago la única muñeca de la nena mientras el río crece, se desborda y uno se va demoliendo por dentro, de a poco.
No hay dragado... la verdad desnuda grita en eco: no hacen nada, solo promesas y canales clandestinos
Si, están muy tristes, con bronca ni ellos apretando la taza caliente entre las manos, ni los amigos en sus casas no queriendo evacuarse, esperando el milagro de las interminables venticuatro horas a que termine de subir el agua, ni yo con el móvil en alerta esperando las noticias y el silencio de sus ojos clavándose en la piel del alma. 
Uno calla, delinea una tibia sonrisa de toy contigo, ante aquel fuerte y grave no se puede más    
Hay momentos y hay instantes en que nada alcanza, nos sentimos solos como parias, somos humillados y solo queda abrazarnos, contener-nos, calentar- nos las manos del corazón y abrir los cielos para comenzar a andar otra vez, a andar desnudos y con la punta de la gota de lágrima aprendida arrancar la ignominia de aquellos políticos oportunistas que se creen con una cuota de poder.
Somos más de todo lo que nos puede suceder y de todo aquello que nos atraviesa, somos  la esperanza, la ilusión de encontrar la luz y también somos el reflejo en que nos miramos en la  mirada de dios orando para no ahogarnos en el desamparo y la violencia del lenguaje del poder y de la condena silenciosa en esta trágica larga noche larga de injusticia social en democracia
Mané  

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