domingo, 7 de febrero de 2010

De los dos que soñaron ... Jorge Luis BORGES


Relato (muy breve) de Jorge Luis Borges, que es, en realidad, su versión de uno de las narraciones más originales y sugestivas de Las mil y una noches.
Se trata de una parábola que propone que la búsqueda del bienestar o de la felicidad “afuera” de nosotros mismos puede conducirnos a la comprensión de que ese estado tan anhelado siempre estuvo a nuestro alcance en nuestro interior… precisamente aquí y ahora.
Cuentan hombres dignos de fe que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió menos la casa de su padre, y que se vio forzado atrabajar para ganarse el pan.
Trabajó tanto que el sueño lo rindió una noche debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño un hombre empapado que se sacó de la boca una moneda de oro y le dijo: “Tu fortuna está en Persia, enIsfaján; vete a buscarla”. A la madrugada siguiente se despertó yemprendió el largo viaje y afrontó los peligros del desierto, de lasnaves, de los piratas, de los idólatras, de los ríos, de las fieras yde los hombres.
Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por decreto de Alá Todopoderoso,una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, ylas personas que dormían se despertaron con el estruendo de losladrones y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que elcapitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y losbandoleros huyeron por la azotea.
El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo y le menudearon tales azotes con varas de bambú que estuvo cerca de la muerte. A los dos días recobró el sentido en la cárcel. Elcapitán lo mandó buscar y le dijo: “¿Quién eres y cuál es tu patria?”El otro declaró: “Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre esMohamed El Magrebí”. El Capitán le preguntó: “¿Qué te trajo a Persia?”El otro optó por la verdad y le dijo: “Un hombre me ordenó en un sueñoque viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy enIsfaján y veo que esa fortuna que prometió deben ser los azotes que tangenerosamente me diste”.
Ante semejantes palabras, el capitán se rió hasta descubrir las muelas del juicio y acabó por decirle: “Hombre desatinado y crédulo, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyofondo hay un jardín, y en el jardín un reloj de sol y después del relojde sol una higuera y luego de la higuera una fuente, y bajo la fuenteun tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, engendro de mula con un demonio, has ido errando de ciudad en ciudad,bajo la sola fe de tu sueño. Que no te vuelva a ver en Isfaján. Tomaestas monedas y vete.”
El hombre las tomó y regresó a su patria. Debajo de la fuente de su jardín (que era la del sueño del capitán) desenterró el tesoro.
Así Alá le dio bendición y lo recompensó.
Jorge Luis Borges

1 comentario:

Elizabeth dijo...

Tan hermoso como tú, yo en cambio encontré el más fabuloso tesoro, justo al encontrar el iris... de tu generosa mirada.

El sexo -

  Escribía César Pavese que " si el sexo no fuese la cosa más importante de la vida, El Génesis no empezaría por ahí. Adán reconociendo...