Esto de administrar las almas, no le va tan bien al Papa en la Argentina y más cuando su corazón se halla perdido y los sentimientos se disputan en la intensidad de su sentir y la razón no llega a adeñuarse de si mismo. El cree obrar con lucidez y se equivoca, solo se comporta como un sujeto sin autonomía, eso es lo que es y le habita con su corazón peronista y es lo que da a todos los argentinos desde la quiaca a tierra del fuego. El descontento, desencanto, indignación de muchos, la impotencia que nos genera Pancho nos impone a nuestras almas oscuridad, confusión y dolor. Las pasiones son siempre corporales y las emociones son del alma, es evidente y pruebas sobran que Pancho se saltó la lección y ese es su karma de impedir que el cuerpo descargue sin frenos sus pasiones sobre el alma. Se olvido que el alma esta unida al cuerpo. Aprender a pensar, es la cuestión para no caer en sus arrebatos, a su júbilo érratico e inesperado. No todos somos iguales. Yo no soy pueblo, pueblo no existe.
Yo soy Mané Castro Videla y su proceder me causa dolor e indignación, la diferencia es que no soy de las que se deja llevar por las pasiones, no poseo ísmos ni banderillas, no rebajo mi alma al estado deplorable, no tengo ni creo ni menos elijo falsos dioses ni héroes, no soy esclava ni desgraciada.
Soy mujer feliz, pensante elijo serlo como muchos argentinos, aprendo cada día con razón y voluntad a liberarme de todas las cadenas que me someten. Eso soy y eso me diferencia a Pancho y al hombre que ejerce su rol de Papa, no olvido y soy memoria
Mané Castro Videla
Ciudadana del Mundo
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