martes, 21 de febrero de 2012

Trata de personas en Latinoamérica: radiografía de la impunidad

La Organización de Naciones Unidas estima que a nivel mundial hay 2,5 millones de víctimas de la trata de personas. 
Sólo en América Latina, más de 100.000 personas al año son secuestradas y forzadas a ejercer la prostitución. 
 


Dentro de la región, la zona que presenta su mayor índice es América Central, dónde 550.000 niños y niñas han sido víctimas de la trata. Este delito representa además, la tercera actividad ilegal más rentable del mundo, después del tráfico de drogas y de armas. Latinoamérica es una de las regiones que mayor rédito ofrece, ya que brinda altas ganancias, a bajo riesgo. La ONU estima que la ganancia anual en América Latina y el Caribe es de 1.300 millones de dólares.
¿Cómo procede la red de trata? Las víctimas son secuestradas y llevadas a la esclavitud por vía del engaño, la fuerza o la coerción. Pueden ser niños, adolescentes, mujeres u hombres, que generalmente viven bajo la línea de pobreza en países en desarrollo. La Organización de Naciones Unidas destaca que el método para el secuestro es conformar una unión con el entorno de la víctima. Es decir, caen en la mentira y la extorsión de amigos, vecinos o parejas unidos a una red de contratistas y agentes. Además, en América Latina, el 80% de los explotadores son del mismo país que la víctima.
Una vez concretado el secuestro o el engaño, comienza el infierno de la prostitución, el trabajo forzado y la servidumbre doméstica. Las estadísticas son alarmantes, las víctimas de la trata conforman el 20% o 250.000 de los 1,3 millones de personas rehenes del trabajo forzado en América Latina. La mitad de ellas son niños, sobre todo niñas, vejadas y obligadas a la prostitución para la explotación sexual comercial. Las víctimas sufren violaciones, abusos emocionales, amenazas personales y familiares. Una vez atrapadas, son obligadas a trabajar largas horas y a vivir en condiciones infrahumanas a cambio de escasa o nula remuneración. Para garantizar el miedo, los explotadores se valen de la violencia física para dominarlas y lograr sus propósitos.
En la Argentina, se encuentra en pleno desarrollo el juicio por el secuestro y explotación sexual de Marita Verón, desaparecida el 3 abril de 2002 a los 23 años de edad. 
Su madre, Susana Trimarco se ha convertido en un emblema en la lucha contra la trata de personas tanto en el país como en el mundo. Durante el juicio que se desarrolla en Tribunal de la Sala Penal de San Miguel de Tucumán, Trimarco desnudó la impunidad y la complicidad de la policía y la Justicia provincial, de Tucumán y La Rioja.
Las declaraciones de los testigos han probado que su hija fue secuestrada por una banda de traficantes de personas para explotación sexual y los poderes judiciales de ambas provincias tuvieron graves falencias y omisiones, que favorecen a los imputados. El caso de Marita Verón es representativo del enorme nivel de impunidad con el cual se manejan los responsables de la explotación de la trata de personas. Por ejemplo, una mujer que logra escapar de sus captores se ve imposibilitada de realizar una denuncia ya que el poder policial es cómplice de la red. Las testigos, que convivieron con Marita en los prostíbulos donde eran forzadas a la esclavitud sexual, ratificaron en sus testimonios el pacto existente entre las fuerzas del orden y sus explotadores.
La complicidad no sólo es policial, comprende al Estado y a la Justicia. “Como una estúpida iba a la Casa de Gobierno. Digo estúpida porque estaba la mafia ahí”, declaró Trimarco en el juicio refiriéndose a la gobernación de Tucumán, en dónde pidió ayuda y jamás fue escuchada. La infatigable búsqueda de su hija convirtió a Susana Trimarco en el ícono por la búsqueda de la justicia y el fin de la impunidad. Su valor no sólo impulsó a la búsqueda de Marita, sino que fue quien exigió que una norma ampare a las víctimas. Así, en el 2008 se sancionó la Ley de Trata de Personas en 2008, que generó el rescate de 1280 mujeres víctimas de redes de explotación sexual. 
Pero, la funcionalidad del poder a las mafias de la red de trata de personas persiste y el caso de los niños secuestrados para estos fines es alarmante.

La Organización Internacional de Trabajo (OIT) afirmó que en Latinoamérica cuándo la víctima es una niña, ella sola, una ganancia de 130 mil dólares al año. La organización advierte que un grupo de siete mujeres menores esclavas sexuales le reditúan a sus captores unos 80 mil dólares mensuales. Además, Unicef informó que en la zona de Triple Frontera un ejército de 3500 niños, niñas y adolescentes sufren algún tipo de violencia sexual, hasta la explotación comercial 'en lugares cerrados'. 
Todavía, ninguno de ellos fue rescatado.

Fuente: vidapositiva
Justicia !!! Justicia !!!  Justicia !!!

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