recibo el golpe seco y brutal de la palabra,
menospreciando.
Siento desatar todas las tormentas de emociones
y una enorme tristeza
Al escuchar mi mente y saber que eres ese ser
y no quién creía y deseaba que fueras.
Eres incompetente, eres lo erróneo,
el desencanto y el estupor.
Eres mi tristeza y esta pena que llevo dentro
que se alberga y se adueña de mi ser.
Eres el delito que me arrebata todo lo que soy
y me sostiene...
Tus creencias erróneas marcan mis entrañas
y mis pensamientos...
Y al final, después de todo, nunca soy la misma.
Me has enseñado tantas cosas y tan valiosas
que nada quiero ni elijo cambiar
Lo que me reste de vida
quiero que surja de mí
No quiero golpes de estados
para mis sentimientos, mente y alma.
Soy la propia protagonista de mi existencia,
tengo conciencia de mi misma
cuando me sostengo o me caigo.
Tus palabras hirientes, tu desahogo
a tu fustraciòn, tus miedos, tus prejuicios
y tu mente esclava, son tuyos y no míos.
No me confundís, no soy ingenua
se lo que es la amabilidad,
sinceridad con impertinencia,
tristeza con debilidad.
Si estoy alegre o triste, no puedo evitarlo
perdí tantas cosas y me hicieron tanto daño,
tanto daño...
Te lo juro, hoy me levante
con el amor encendido en el alma
y quiero confesarte
desde la más profunda soledad y dolor
que ya no me puedes arrebatar nada.
Nada más.
Manè Castro Videla
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