Ya no me hundes
ni hay fracaso.
Fuiste,
-mi límite-
-mi límite-
El pasado buscándome
en las noches endemoniadas
de las lunas de sal,
donde moría de vergüenza
en la palabra de fracaso
al no poder levantarme
y, tu veneno
recorría el cuerpo.
No! No, lo lograste,
tu semilla de maldad
no creció en mi.
No me importa
ningún atajo.
No pierdo la nobleza
ni la transparencia,
la honra y la dignidad.
No me voy a quedar
ni te voy a juzgar,
tan solo saldré
de esta cárcel
que me destruyo
y enseño:
Que es,
lo que tengo y soy.
Soy, Mujer
poseo todo lo suficiente
y necesario para salir
victoriosa y conquistar
mis sueños, sin pedir...
Soy,
solo entregando,
-todo aquello-
que en cada instante,
conquisto
conquisto
y hay en mí.
Lejos estoy,
más allá de los otros
y, las circunstancias.
Más allá
de mi mente y de la fe,
la que siempre
me pone a prueba,
-una y otra vez-
Donde siento morir
y muero, en paz
Allí, donde el alma
afligida y llorosa
sigue en oración silenciosa,
a este loco corazón
que hay y habita en mi.
@Mané
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