Los procedimientos por los cuales se lesionan los genitales femeninos es una violación directa de los derechos humanos, tanto de las mujeres como de las niñas.
Este acto, además de reflejar una gran desigualdad entre sexos, también es una forma de discriminación hacia el género femenino.
La práctica está profundamente arraigada en la tradición de diferentes culturas de África.
En todo el mundo más de 140 millones de mujeres y niñas sufren actualmente las consecuencias de esta práctica.
En España, 17.000 niñas corren el riesgo de ser víctimas de la ablación o la mutilación genital.
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