miércoles, 23 de noviembre de 2011

Percibe las ilusiones como ilusiones

Cómo puedes percibir la ilusión como una ilusión cuando parece tan real? Y, ¿por qué parece tan real si es una ilusión?

Tu especie se hace estas preguntas conforme se va adentrando en la experiencia de su evolución consciente. Ahora recibirás las respuestas y saldrás de la ilusión de la ignorancia.
Te daré las respuestas para que las analices.
Recuerda, como con todos los mensajes de Dios, que lo que lees es valioso, pero no infalible. Reconoce que tú eres tu máxima autoridad. Ya sea que leas el Talmud o la Biblia, el Bhagavad Gita o el Corán, el Pali Canon o el Libro del Mormón, o cualquier texto sagrado, no otorgues la autoridad a alguien que" no seas tú. Más bien adéntrate en tu propio ser para decidir si la verdad que has encontrado armoniza con la verdad que encuentres en tu corazón. De ser así, no le digas a los demás, "Este libro contiene la verdad". Di: "Este libro contiene la verdad para mí."
Y si los demás te preguntan por tu manera de vivir a raíz de la verdad que has encontrado dentro de ti, asegúrate de decir que tu camino no es el mejor, sino que es sólo un camino más.
De esto trata este mensaje. Es tan sólo otra manera de ver las cosas. Si te hace ver el mundo con mayor claridad, perfecto. Si te acerca a tu verdad interior, qué bien. Pero cuidado con no convertido en tu "escritura sagrada", pues entonces simplemente habrás sustituido una creencia por otra.
No pretendas encontrar nuevas creencias, sino ser consciente de lo que ya sabes. Usa cualquier herramienta siempre que te ayude a recuperar la conciencia. Comprende que vives en una ilusión y que nada de ella es real. Sin embargo, la ilusión indica lo que es real y te puede dar una experiencia de ello.
¿Cómo puedes darte cuenta de que la ilusión es tal si parece tan real?
¿Y por qué parece tan real si es una ilusión?
Responderé primero a la segunda pregunta.


La ilusión parece muy real porque muchas personas creen que no se trata de una ilusión.
En su mundo de Alicia en el país de las maravillas, todo es como ustedes creen que es. Existen miles, millones de ejemplos. He aquí dos de ellos:
Antes pensaban que el Sol giraba alrededor de la Tierra y para ustedes, así era. ¡Todo demostraba que así era! Estaban tan seguros de esta verdad que desarrollaron la ciencia de la astronomía a partir de ella.
Una vez pensaron que todas las cosas físicas se movían de un punto a otro a través del tiempo y del espacio. ¡Toda su evidencia lo demostraba! Estaban tan seguros de esta verdad que elaboraron un sistema de física a partir a ella.
Ahora escucha con atención. La maravilla de estas ciencias y de estos sistemas es que funcionaban.
La astronomía que crearon basándose en su creencia de que la Tierra era el centro del Universo explicaba los fenómenos visuales que percibían en el movimiento de los planetas a través del cielo nocturno. Sus observaciones apoyaban esta creencia, creando lo que ustedes llaman conocimiento.
La física que crearon basándose en sus creencias sobre las partículas de materia explicaba los fenómenos visuales que percibían en el mundo físico. También aquí sus observaciones apoyaban sus creencias, creando lo que ustedes llaman conocimiento.
Sólo después, cuando estudiaron con más atención lo que veían, cambiaron de opinión. Sin embargo, ese cambio de opinión no fue fácil.
A los primeros que lo sugirieron los tacharon de herejes o, en tiempos más recientes, de insensatos o equivocados. Sus ideas sobre la nueva astronomía en la que la Tierra giraba alrededor del Sol, o sobre la física cuántica, en la que las partículas de materia no se movían en línea continua a través del tiempo y el espacio sino que desaparecían en una parte y reaparecían en otra, se consideraron blasfemias espirituales y científicas. Quienes propusieron estas teorías fueron desalentados, denunciados e incluso condenados a muerte por sus creencias.
La mayoría insistió en que su teoría era la que reflejaba la verdad. Después de todo, ¿no la apoyaban todas las observaciones? Sin embargo, ¿qué surgió primero, la creencia o la observación? Ésa es la pregunta esencial. No deseaban hacerse esa pregunta.
¿Es posible que vean sólo lo que quieren ver? ¿Será que observan lo que esperan observar? O más concretamente, ¿no será que pasan por alto lo que no esperan observar?
La respuesta es sí.
Incluso hoy, cuando la ciencia moderna, cansada de los errores del pasado, promete observar primero y sacar conclusiones después, no se puede confiar en sus conclusiones: a ustedes les es imposible ver con objetividad.
La ciencia ha declarado que nada de lo observado permanece inalterado por el observador. La espiritualidad lo señaló hace siglos y ahora la ciencia por fin lo ha aceptado. Los doctores y los laboratorios han aprendido que en sus investigaciones importantes, las pruebas clínicas deben efectuarse doblemente a ciegas para poder garantizar en cierta medida su precisión.
La experiencia humana considera todas las cosas dentro del contexto de lo que cree comprender. Es inevitable. No saben proceder de otro modo.
En otras palabras, ven la ilusión desde dentro de la ilusión.
Por consiguiente, todas tus conclusiones se basan en una ilusión. Así que cada conclusión es una ilusión.
Que ésta sea tu nueva perspectiva, así como un recordatorio constante:
Cada conclusión es una ilusión.
Regresemos a la primera pregunta. ¿Cómo puedes darte cuenta de que la ilusión es tal cuando parece tan real?

Acabas de aprender que la razón por la que parece real no es porque lo sea, sino porque crees firmemente que lo es. Por lo tanto, para modificar tu forma de ver la ilusión, tienes que cambiar tus creencias al respecto.
En el pasado, te dijeron que era necesario ver para creer. Pero ahora te han propuesto una nueva idea: que creer es ver. Y quiero decirte que es verdad.
Si cuando confrontas la ilusión, aceptas que se trata de una ilusión, la podrás ver como tal, a pesar de que te parezca real. Así podrás usar la ilusión para el fin que pretende: ser una herramienta para experimentar la Realidad Máxima.
Te acordarás de crear la ilusión. Harás que sea lo que tú deseas que sea, en vez de atestiguar su aparición como crees que tiene que ser, basándote en la aceptación de que "así son las cosas".
Pero, cómo puedes hacerlo?
Ya lo estás haciendo. Como no lo sabes y estás tomando decisiones inconscientes en lugar de conscientes, realmente no tomas decisiones. La mayor parte del tiempo simplemente aceptas las decisiones de los demás.
Has preferido elegir lo que otros han elegido. Así pues, vuelves a vivir la historia cultural de sus antepasados, como a su vez hicieron ellos, retrocediendo hasta la séptima generación.
El día que dejes de elegir lo que otros han decidido por ti, será el momento de tu liberación.
Entonces no escaparás de la ilusión, pero te liberarás de ella. Saldrás de la ilusión, pero continuarás viviendo con ella, libre de su control sobre ti o tu realidad.
Una vez que comprendas el propósito de la ilusión, no decidirás dar la por terminada hasta que tu objetivo individual no sea satisfecho.
Tu propósito no es tan sólo conocer y experimentar Quién Eres Realmente, sino también crear Quién Serás en el Futuro. Tu objetivo consiste en volver a crearte en cada Momento del Presente, en la próxima y mejor versión de la visión más maravillosa que jamás hayas tenido acerca de Quién Eres. Éste es el proceso al que han denominado evolución.
Este proceso no tiene por qué afectarte negativamente. Puedes estar en este mundo sin pertenecer a él.
Cuando lo entiendas comenzarás a percibir el mundo como tú lo elijas. Comprenderás que la experiencia misma es una acción y no una reacción; algo que estás creando, no experimentando.
Cuando asimiles esto, tu vida cambiará. Cuando haya suficientes personas que lo entiendan, tu planeta cambiará.
Todos los que han comprendido este secreto han sido catalogados de Maestros. Los que lo han enseñado reciben el nombre dé avatares. Y los que lo han vivido son llamados bienaventurados.
Por tanto, bienaventurado seas.
Para vivir como un Maestro iluminado, debes volverte hereje y blasfemo, pues no creerás en lo mismo que creen los demás, y ellos negarán tu nueva verdad cuando tú niegues su antigua verdad.
Negarás que sea real el mundo que experimentan los demás, como hicieron los que negaron que la Tierra era plana. Igual que entonces, te opondrás a lo que parece indiscutible, según las apariencias. Igual que en aquellos tiempos, esto provocará discusiones y desacuerdos; te embarcarás en mares tempestuosos para descubrir horizontes infinitos. Y como entonces, descubrirás un nuevo mundo.
Es el mundo que estabas esperando y al que estabas destinado, desde el comienzo de los tiempos. También el tiempo es una ilusión, de modo que lo más correcto es decir "desde el comienzo de la ilusión".
Recuerda: la ilusión no es algo que sobrellevas, sino algo que eliges. No tienes que vivir la ilusión si no lo deseas.
Estás aquí porque así lo deseas. Si no lo desearas, no estarías aquí. Sin embargo, has de saber que la ilusión en la que vives es creada por ti, no la crea nadie más para ti.
Quienes no desean tomar la responsabilidad de su vida dicen que Dios es quien la crea y que no les queda más remedio que aguantarse.
No obstante, Yo te digo que el mundo en el que vives es así porque así lo han elegido. Cuando ya no deseen que el mundo sea de este modo, lo cambiarán.
Ésta es una verdad que muchos no pueden aceptar, pues para aceptarla tendrían que reconocer su complicidad, yeso es algo a lo que no están dispuestos. Preferirían ponerse en el papel de víctimas renuentes en lugar de ser co-creadores involuntarios.
Es comprensible. No podrías perdonarte si pensaras que tu mundo es producto de tu propia creación, de tu propia voluntad y de tus deseos. Y, ¿por qué no podrías perdonarte? Porque piensas que Yo no te perdonaría.
Te han enseñado que hay cosas "imperdonables". Y, cómo te vas a perdonar algo que Dios no te perdonaría? No puedes. De modo que optas por lo segundo. Niegas haber tenido nada que ver con ello. Niegas tener la responsabilidad de algo que piensas que Yo consideraría un pecado imperdonable.
Qué idea tan retorcida porque, si ustedes no crearan el mundo tal cual es, entonces, ¿quién? Si alguien dice que Dios creó los horribles defectos del mundo, enseguida salen a defenderme. "No, no, no", dicen. "Dios le dio al hombre libre albedrío. El hombre es quien ha provocado estas cosas".
Sin embargo también niegan cuando Yo digo: "Tienen razón. Yo no he creado y no creo su vida, tal cual es. Ustedes son los creadores de su propia realidad".
Pretenden salir airosos en ambos casos. Ni Dios ni ustedes crearon esas cosas. Ustedes y Yo nos limitamos a observarlas con tristeza.
Pero cuando la vida los hace sentir enojo o frustración, algunos cambian de canción. Cuando las cosas se ponen realmente mal, optan por culparme a Mí.
"¿Cómo puede permitir Dios que esto suceda?" Reclaman. Algunos hasta agitan el puño hacia el cielo.
La ilusión se vuelve confusión. El mundo no sólo es cruel, sino que ha sido creado por un Dios cruel y desalmado.
Para apoyar esta idea, tienen que partir de la base de que están separados de Dios, puesto que ustedes nunca crearían un mundo cruel y desalmado. Se imaginan a un Dios capaz de hacer lo que ustedes nunca harían y piensan que están sometidos a Sus caprichos.
Eso lo han hecho, por medio de la religión.
Sin embargo, todavía encuentran una contradicción más, ya que el Dios de sus más relevados razonamientos tampoco haría estas cosas. Entonces, ¿quién? ¿Quién sigue haciéndolas? Alguien debe ser el responsable, pero, ¿quién?
Aquí entra Satanás.
Para resolver la contradicción de que un Dios amoroso haga cosas tan poco amorosas y para escapar de sus propios actos, crearon un tercer personaje.
El chivo expiatorio perfecto: el diablo.
Por fin se entiende todo. Existe otro ser que se interpone entre lo que ustedes desean y lo que Yo deseo, y que nos amarga a todos la existencia.
Ustedes no son los responsables de que el mundo en el que viven sea insensible y carente de afecto. Ustedes no lo hicieron así.
Tal vez digas: Bueno, quizá sí haya participado en su creación hasta cierto punto, pero no fue por mi culpa; "el diablo me obligó". Una frase cómica se ha convertido en tu teología.

¿O será que tu teología se ha convertido en una frase cómica?
Sólo tú puedes decidirlo.


Comunión con Dios
Neal Donald Walsch

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